Francisco
(50) machista y divertido; Fernando (32) amistoso y despistado; Georgina (48)
irónica y bella; Tamara (35) relajada e inteligente; Josefa (30) egocéntrica y
vanidosa.
Francisco y Georgina matrimonio
invitaron a unos amigos a su casa: Fernando, el soltero que querían casa con
Tamara, Josefa que empezó a coquetear con
Fernando. El plan de Georgina y Francisco se les echó a perder estar Josefa interesada en Fernando.
Josefa
Anoche fui a cenar a la casa de
Francisco, su mujer se puso celosa, me reí mucho de los chistes que él contaba.
Eso les pasa a las mujeres inseguras, las arrugas les nublan el pensamiento, yo
estaba interesada en su encantador amigo. Me puse los jeans que resaltan mi
figura y una camisa escotada, los dos estaban babosos conmigo, tanto que
Georgina no aguantó y comenzó a criticar mi forma de vestir, fue patético. Tuve
ganas de decirle lo mal que se veía ella en ese vestido, pero finalmente en un
tono tranquilo dije lo que debía decir -eres una mal educada y creo que casi le
da un ataque cuando Francisco pasó a mi lado haciendo un comentario sexista.
Tamara, muy enojada con Georgina se fue al patio y Fernando algo incómodo
comentó que la cena había estado excelente, sin dejar de mirar mi escote. Desde
ese momento Georgina recordó todos mis defectos, los que con ironía resaltaba,
tal parece que nunca le agradé. En todo caso yo estaba más entretenida con los
intensos ojos azules de Fernando. Tuve que componer la cara cuando Tamara
regresó con los ojos rojos de tanto llorar, ¡Qué mujer más extraña! me atacan a
mi y sufre ella.
Tamara
Hace tiempo que los Guerra
querían presentarme a su amigo Fernando, aún no entienden que sigo soltera por
elección. Por lo mismo, me costó entender que Georgina se molestara tanto con
Josefa al ver que estaba interesada en Fernando. En un tono mas irónico que
siempre, hizo un comentario sobre el atuendo simplón que llevaba Josefa. Josefa
no sabía que al soltero los dueños de casa le habían preparado una trampa en la
que yo sería la que cazaba y prendió rápidamente. Le habló fuerte y claro -que
seas la dueña de casa no te da derecho a portarte como una mal educada. Me dio
mucha risa ver como los ojos de Georgina se le salían de sus cuencas. No pude
evitar una carcajada cuando Francisco le dijo, en mi casa solo yo le doy duro a
mi mujer y se paró a buscar el whisky. De todas formas fue lo mejor, salí al
balcón y me preparé un caño, no sé bien que más pasó después pero cuando
regresé estaban todos contentos.
Fernando
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