POEMA I
Tocaré
con dulzura tu recuerdo,
Lo
colocaré sobre mis ojos
Para
verlo en cada paso y cada piedra
Del
camino que me queda.
Sentiré
con dolor cada cosa que pediste
Y
callaré con pudor aquello que vivimos.
No
hablaré de ti para que sigas siendo mía
Me
alejaré para que trates de alcanzarme
Y
lo logres un poco cada día.
POEMA II
Eres
la sombra de una sombra
Que
corre buscando el calor
Entre
los granos de la tierra.
Eres
la sombra de un amor
Más
grande que tú misma
Y
que tus actos.
Desde
todo tu ser dormido
Apareces
con tus frases y tus gestos
Para
luego esconderte entre los pliegues invisibles de tu alma.
A
veces la sombra de tus lágrimas humedece el suelo
Otras
veces, una sonrisa tuya lo resuelve todo.
POEMA III
El
amante quiso amar, sin darse cuenta de que ya estaba enamorado
Y
quiso ser amado, olvidando que su mujer ya no viviría sin él.
Cuando
la muerte bañó con frío el cuerpo de la amada,
los
espacios y los días crecieron largos y vacíos.
Las
cosas se hicieron simples y al mismo tiempo incomprensibles.
El
amante bajó la vista hacia la tierra
reconociendo
en ella cada momento
y
miró al cielo para contemplar la danza de las cosas perdidas.
El
mundo seguía siendo el mismo, pero los olores eran otros.
Apretó
con su mano todo lo que tenía hasta que pudo soltarlo y disfrutarlo, después de
tanto tiempo.
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