domingo, 13 de julio de 2014

TEXTOS DE PILAR RIVEROS FUENTEALBA

En el revés

En el revés del espejo
se vuelven quebraderos los huesos escarlata
que sostienen el yo
en carrera por las brumas.
Ese yo, se escapa del intricado laberinto
que contiene los sosiegos
del alma que busca escape.
El instinto
lleva a subir peldaños
en pos del aire.
No me pregunten como hilo palabras


Si, como pegamento que une vidrios rotos
quedando expuestas
a pesar
de la perfección
la imperfección de lo destruido.

El revés en el espejo
oculta la sinuosidad coreográfica del yo
la paupérrima humanidad de los creídos
ese lastre lapado que cubre la esencia.





París

Un silencio noctámbulo envolvía los pasos de aquel que iba con rumbo indefinido. Mas allá un algo a la espera. 
La calle París en aquel pueblo, era un remedo con sus faroles tenues y vitrinas agónicas del famoso con su torre Eiffel. Caminaba apresurado, sin saber que se acercaba a ese algo hasta que fue atrapado. 
Se resistió como animal en la red hasta caer rendido, entonces, como si el poder de ese algo lo alucinara, entró en sopor… Una espiral arco iris adentró su cuerpo y las luces de la calle París se transformaron en las del París real.




Vientre

Hace un tiempo, sentí algo que me empujó a volver al vientre de mi madre. No se si la necesidad de obviar tanta cosa maldita….o es que solo sentí frío. El asunto es que allí, pude rememorar el día en que fui gestada y sentí esa alegría tan extraña de ser una persona. Me pregunto por qué, si no sabía lo que era serlo. Quizás haya sido el misterioso mandato genético de preservar la especie. Ilusionada me dispuse a ver como se formaba mi cuerpo… En unos meses vería una luz especial que decían era calientita y que doraba la piel…Seguro también por mandato genético, me encantó la idea….Pero las cosas no serían tan fáciles, mi salida del vientre fue una tremenda decepción para mi padre, que esperaba un niño y mas tarde cuando en bikini me expuse ante esa luz llamada sol, se ensañó conmigo y me provocó tremendas ampollas y fui a parar al hospital. Esto de volver al vientre de mi madre se ha hecho recurrente, me agazapo y ella recibe las malas intenciones que me circulan. Como que las recicla…Me gusta sentirme una cosa palpitante y tibia….Allí duermo y no siento esta carga sobre los hombros. Allí puedo crear una vida distinta y soñar que cuando salga nuevamente….Viviré la vida que anhelo. Allí me escapo de esos tipos con cabeza de lechuga azul y los ojos de cinco puntas como estrellas que suelen instalarse en mi cama a jugar póker y no me dejan dormir cuando se descubren trampas. Me molesta el tufo a alcohol y la fetidez del humo de los puros. Sus gritos e improperios me hacen meter la cabeza bajo la almohada. Hay uno muy agresivo, me asusta cuando deja el revólver encima del velador. He llegado a desear que se maten de una vez y me dejen tranquila. Pero ¿qué haré con los cadáveres? Estoy cansada, ando con los ojos hinchados y lo peor, es que todos me preguntan por qué tengo los ojos cuadrados….yo me miro en el espejo y los veo triangulares y me sumo en el desconcierto…Todo esto me tiene de mal ánimo. Voy a tener que hacer algo con respecto a esos tipos, o me voy a volver loca de tanto pasar en vela. Se me esta ocurriendo una idea, debí haberlo pensado antes. No diré más Allí, como refiriéndome a que a veces regreso al vientre. Ahora digo Aquí. He decidido quedarme, es un refugio al que no entra ni mi hermano, y me gusta estar sola, ajena a los avatares que tan bien conozco y a esos tipos. Aquí nadie me ofende ni traiciona, ni puedo ofender ni traicionar. Aquí duermo…duermo…duermo y el dormir me deja ajena. Aquí juego con mis muñecas y ensayo cuando sea madre. Aquí soy la ilusión de quien quiero ser y me solazo en la idea.




Cámara oculta (cuento en 100 palabras)

Se acercó hablándome cosas románticas. Sentía miedo… ¡Del manicomio! Imaginé. Dijo que antes de verme, tuvo la visión de mi presencia. Disimulaba mi miedo pateando colillas y me concentraba en el perro vago que miraba moviendo la cola. Lamentaba haberme comido las galletas, se las hubiera dado como recurso de distracción.
La gente pasaba ajena al drama, apresurada, con los cuellos subidos y yo, los miraba llena de eseoeses y mi marido que no llegaba. ¿Dónde está cuando lo necesito? El desconocido diciéndome te amo.
Aparece alguien lleno de risa y me muestra la cámara. ¡Le hubiera pateado las bolas!

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