domingo, 13 de julio de 2014

POESÍA NEGRA DE PILAR RIVEROS



POESÍA NEGRA


Muda,

frente a la calle

y su ruido apestante,

me devano ante la incertidumbre.

No quiero salir,

me molestan las bocas que ríen vacías

y expulsan la fetidez de sus corazones.

Muda

En la neblina que me arroja su ponzoña

Su oscuridad me inhibe el paso

Me estanca en este agujero.

Desde lejos

tambores enloquecidos me llaman

A danzar su danza macabra.

Me devano los sesos en ir y no ir

Sujeta a la puerta que me empuja

A correr la carrera que no quiero.







EL PONGO

Y qué hago aquí me pregunto, en este ambiente tan ajeno al mío…Es como si de pronto me hubiera arrancado de un montón de hojas esparcidas para volver al árbol, quien ya no es mi cuna….

Pudo preguntarse el Pongo. ____________________________


Ante la falta de encumbramiento, todos dicen que crea en mí. Creen que me subvaloro cuando reconozco el talento de los demás. Creo en mí, solo evito la soberbia. Como la palabra bíblica dice, debo ver a cada uno como superior, no sobrevalorarme y de esta forma la humildad ande delante de mí.
No es una actitud falsa. Habrán siempre personas con mas talento y yo con mas que otros, ¿pero quien tiene la vara perfecta para medirlo?
El talento es tan subjetivo. Muchos se han perdido en el anonimato porque quienes llevan las varas de medición en forma de críticos en el momento en que pudieron ver la luz, fueron unos idiotas.
¿Pero lo entienden quienes me rodean en este mudo lleno de soberbia? ¿En donde individualismo levanta banderas y se propia del entorno?
De pronto uno navega en un mar tan agitado…el timón se escapa y gira a su antojo.
Muchos seres caminan sintiendo las fuerzas del universo sobre su hombros, invisibles y lacerados…con el hambre de ser vistos, valorados y considerados, pero con la actitud bajo la mesa.
Es la actitud del Pongo…su sueño lo refleja. 

¿Es la humildad tan acerba?

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